Niña pequeña con cara de disgusto, en frente tiene un plato con brócoli y coliflor.

¿Es normal que mi bebé no quiera comer?

2 años o más
Artículo
5 min

Conoce las razones detrás del rechazo alimentario en niños pequeños y cómo crear un ambiente positivo en la mesa.

El rechazo a la comida en niños pequeños, especialmente alrededor de los 2 años, es una conducta común influenciada por múltiples factores emocionales, físicos y ambientales.

La alimentación en la infancia no siempre es sencilla, y a los 2 años los niños pueden volverse especialmente selectivos. Si tu hijo rechaza la comida, no estás sola ni solo. Los niños comienzan a afirmar su independencia y gustos. Esta etapa está llena de descubrimientos y de muchos “no-guta”.

Principales causas

Cuando un niño de 2 años rechaza la comida, no siempre se trata de un capricho. Existen múltiples factores físicos, emocionales y ambientales que pueden influir en su apetito.

Neofobia alimentaria

Esta etapa se caracteriza por la neofobia alimentaria: el miedo o rechazo a probar nuevos sabores, incluso aquellos que antes disfrutaba.

Hábitos alimenticios no adecuados

Ofrecer alimentos con alto contenido de azúcares y grasas puede alterar el apetito natural del niño. Estos productos no aportan los nutrientes necesarios y pueden generar rechazo hacia opciones más saludables como las verduras.

Monotonía en su dieta

La falta de variedad en colores, texturas y sabores puede aburrir al niño. Si siempre ve el mismo plato, es probable que lo rechace por simple desinterés.

Sobreprotección o complacencia

Ser demasiado estricto con horarios, porciones o tipos de alimentos puede generar resistencia. Por otro lado, ceder ante caprichos constantemente puede fomentar conductas manipuladoras como pataletas o rechazos intencionales.

El club del plato limpio

Obligar al niño a terminar todo lo que hay en el plato, sin considerar sus señales de saciedad, puede generar ansiedad y una relación negativa con la comida.

Cambios en la rutina

Mudanzas, el inicio del jardín, la llegada de un hermanito o el regreso al trabajo de los padres pueden alterar su apetito temporalmente.

Distracciones durante la comida

El uso de pantallas o juguetes en la mesa puede desviar su atención. Algunos niños incluso exigen ver dibujos para comer, lo que dificulta el desarrollo de hábitos saludables.

Malestares físicos o emocionales

Resfriados, molestias digestivas o situaciones de estrés como el bullying pueden afectar el apetito. Es importante estar atentos a señales no verbales.

Modelos familiares

Los niños aprenden por imitación. Si ven que los adultos no comen ciertos alimentos o no se sientan a la mesa, es probable que ellos tampoco lo hagan.

¿Y si solo quiere comer pasta, arroz o papas?

Aunque no es ideal que coman solo eso, no es motivo de alarma si se equilibra a lo largo de la semana.

La ciencia detrás del por qué los niños aman las harinas

Las harinas son esenciales para nuestra alimentación y su cuerpo lo sabe. Ellas aportan glúcidos complejos (o "azúcares lentos"), una fuente de energía que el cuerpo utiliza fácilmente:

  • Proporcionan saciedad y los mantienen satisfechos por más tiempo.
  • Son fáciles de digerir.
  • Su sabor es dulce y suave, por lo que le gusta a todo el mundo.

Por otro lado, las verduras aportan menos energía, son menos fáciles de digerir debido a la fibra y sus sabores son más especiales, lo que a veces los hace más difíciles de aceptar.

Ideas creativas para incluir verduras

Las verduras y frutas son ricas en vitaminas y fibra, nutrientes que las harinas por sí solas no tienen. Por eso, es importante no dejar de ofrecerlas. La clave está en ser paciente y creativo.

Aquí te damos algunas ideas sencillas y efectivas:

  • Integra verduras en sus platos favoritos: arroz, pasta o puré de papas mezclados con espinacas, brócoli o calabacín.
  • Hazlo divertido: verduras en formas llamativas o que pueda tomar con las manos.
  • Sé ejemplo: si tú comes verduras con gusto, es más probable que tu hijo quiera probarlas.

¿Qué hacer si mi hijo rechaza la comida?

La clave está en la paciencia, el respeto y la creatividad. Recuerda que cada niño tiene su ritmo. Aquí tienes una lista de 10 estrategias para acompañar a tu hijo sin presiones:

  • Evita forzar, chantajear o engañar: Obligar a comer puede generar rechazo duradero.
  • Evita usar la comida como premio o castigo: esto puede generar asociaciones negativas.
  • Crea un ambiente positivo y sin presión: Hacer de la comida un momento agradable, sin prisas y lleno de felicidad.
  • Fomenta su autonomía:  Permítele decidir lo que quiere comer en su plato y dale espacio para explorar los alimentos a su ritmo.
  • Respeta su a señales de saciedad: Si gira la cabeza, cierra la boca o pierde interés, probablemente ya esté satisfecho.
  • Haz platos llamativos y divertidos: Usa colores, formas y texturas que despierten su curiosidad. Ejemplo: puré de papas con zanahoria en forma de carita feliz.
  • Establece horarios y espacios para comer:  Mantén rutinas claras, pero con flexibilidad. Los límites deben ser firmes, sin extremos.
  • Haz de la comida un momento familiar: comer juntos, sin pantallas, refuerza el hábito.
  • Da el ejemplo: Compartir la mesa sin pantallas refuerza el hábito. Si tú comes verduras con gusto, él también querrá probarlas.
  • No desistas: Si rechaza un alimento, vuelve a ofrecerlo días después en otra forma o presentación.

¿Cuándo consultar al pediatra?

Si el rechazo a la comida es persistente o afecta su crecimiento, es momento de buscar orientación profesional. También si notas cambios en su comportamiento, sueño o estado de ánimo. Lleva un registro de lo que come y cómo reacciona. Esto ayudará al pediatra a entender mejor la situación.

Observa con atención: ¿Está activo, duerme bien y crece normalmente? Si es así, probablemente esté recibiendo lo que necesita.

El equilibrio nutricional de un niño pequeño no se logra en una sola comida, ni siquiera en un día, sino en el transcurso de varios días. Si tu hijo solo come pasta durante la cena, no te preocupes. A veces, los "no-guta" son simplemente su manera de afirmar su personalidad, especialmente con los padres. Es una señal de que se sienten seguros para expresarse en casa. Siéntete orgullosa de los pequeños pasos y celebra los avances.  

Referencias

National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (s.f.). Cómo ayudar a los niños: recomendaciones para los padres y otros cuidadores - NIDDK. National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. National Institutes of Health. https://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/control-de-peso/alimentacion-saludable-actividad-fisica-vida/ayudar-ninos

‌American Academy of Pediatrics (3 de mayo del 2017). Alimentación y nutrición: su hijo de dos años de edad. Healthy Children. https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/toddler/nutrition/Paginas/feeding-and-nutrition-your-two-year-old.aspx

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